Río de Janeiro, Brasil | AFP
Los obispos del país centroamericano hacen “una justa critica al gobierno que está persiguiendo, secuestrando y asesinando a sus propios compatriotas”, afirma Boff en la misiva, dirigida al Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). “Nicaragua necesita del diálogo, pero antes de todo necesita que las fuerzas represivas cesen de matar, especialmente a jóvenes. Esto es inaceptable. Nicaragua necesita paz y de nuevo paz”, agrega Boff en su carta, fechada el 21 de julio y enviada este martes a la AFP.
“Estoy perplejo por el hecho de que un gobierno que condujo la liberación de Nicaragua pueda imitar las prácticas del antiguo dictador” Anastasio Somoza Debayle, derrocado en 1979 por la revolución sandinista que encumbró a Ortega, prosigue el teólogo, de 79 años. “El poder existe no para imponerse a su pueblo sino para servirlo en justicia y en paz”, subraya Boff, que dirige un centro de defensa de los derechos humanos en Petrópolis (estado de Rio de Janeiro).
Ortega, confrontado a una crisis política derivada de protestas que en tres meses que hasta hoy han dejado al menos 290 muertos, acusó la semana pasada a los obispos nicaragüenses de estar comprometidos con la oposición en un golpe para sacarlo del poder. Les llamó “golpistas” públicamente, además semanas atrás ordenó un ataque contra los Obispos y el ataque a la basílica menor de la Ciudad de Diriamba a dónde acudían los Obispos y el Nuncio Apostólico para salvaguardar la vida de algunas personas que protegían su vida ante el asecho de paramilitares y turbas orteguistas.
El Cenidh atribuyó esas acusaciones a “una campaña de odio y de mentiras” orquestada por el presidente con el objetivo de “desmantelar un diálogo nacional” mediado por los obispos.
En un intercambio de mails con la AFP, Boff dijo este martes “tener conciencia de que en el conflicto nicaragüense hay intereses extranjeros, especialmente en Estados Unidos, articulados con los (intereses) nacionales que se oponen a gobiernos llamados progresistas y que por eso mismo la situación es ambigua”.
Aunque de inmediato agrega: “Queremos la autonomía de Nicaragua, pero no al precio de la violencia contra su propio pueblo”.
Boff, condenado al silencio por el papa Juan Pablo II (1978-2005), se desligó del sacerdocio en 1992, manteniéndose activo en la defensa de las libertades civiles y del medio ambiente.
En los últimos años elogió las posturas a favor de los pobres del papa Francisco.
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