La policía orteguista en conjunto con los paramilitares prendieron fuego a la Casa de la Familia Velásquez Pavón y después les dispararon desde afuera para que no intentaran salir de la casa.

“Les dispararon, no los dejaron salir, los quemaron vivos. Son unos maldit@s” Relato de uno de los testigos del horrendo crimen que la policía orteguista y los paramilitares cometieron contra una familia completa en el Barrio Carlos Marx. 

La mañana del 16 de junio Nicaragua amanecía bajo el terror desatado por Daniel Ortega y su mujer, los jefes de los escuadrones de la muerte, que desde el 18 de abril ordenaron la peor y más criminal represión contra el Pueblo de Nicaragua en 40 años.

Daniel Ortega y Rosario Murillo habían llegado a lo inimaginable: incendiar viva a una familia completa por negarse a albergar policías y paramilitares en su casa de tres plantas. La guardia orteguista de la mano de paramilitares incendiaron a la familia Velásquez Pavón en el Barrio Carlos Marx y no permitieron que nadie se acercara a ayudarles.

Como resultado 6 personas fueron calcinadas, incluidos dos hermosos bebés.  Los escuadrones de la muerte de Ortega y Murillo sumían en el caos y el terror los barrios orientales de Managua asesinando a varios jóvenes que se encontraban en las barricadas y tranques del sector.

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Esa mañana la guardia orteguista y los paramilitares no solamente le prendieron fuego a la vivienda de 3 plantas con la familia Pavón adentro, sino que desde afuera dispararon contra la Casa para asegurarse que los habitantes no pudieran salir y además evitaron que los vecinos se acercaran a intentar auxiliarlos y salvarles la vida.

Vecinos tratando de salvar a la familia Pavón una vez los terroristas orteguistas se habían marchado del sitio

La Dirección General de Bomberos del Ministerio de Gobernación no quiso llegar al lugar para auxiliar a las víctimas, quiénes si lo hizo fue el Cuerpo de bomberos voluntarios de Managua pero al momento de su llegada fueron sorprendidos por una balacera de parte de la policía y las turbas paramilitares que los hizo tener que recular. Cuando lograron entrar intentaron salvar la vida de los dos niños, pero ya era demasiado tarde.

Las turbas terroristas de Ortega-Murillo llegaron a los barrios orientales muy temprano esa mañana a cometer sus crímenes. Al llegar a la Casa de la Familia Pavón, según relato de los testigos y vecinos primero golpearon los portones de hierro, luego hicieron disparos a la vivienda del pastor Oscar Velásquez Pavón, hasta que la incendiaron por completo y dispararon nuevamente para asegurarse que no pudieran salir.

Según testigos y los familiares de las víctimas, la casa se convirtió en el objetivo cuando el Señor Oscar Pavón se negó a prestar el tercero piso de su casa para que francotiradores  orteguistas se posicionaran para disparar a los manifestantes auto convocados que protestaban contra la tiranía. Los dos bebés asesinados tenían uno 3 meses y la otra 3 años de edad.

Las turbas terroristas rodearon la casa y golpearon las puertas para que los dueños les abrieran. Sin embargo la familia Pavón se rehusó a abrirles las puertas y esto desató la furia de los terroristas de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que de manera criminal lanzaron sin piedad bombas molotov, morteros y balas a mansalva contra la propiedad y la familia. La casa de la familia era también un negocio dónde se fabricaban y comercializaban colchones por lo que el incendio se propagó rápidamente.

Las víctimas fueron el pasto Oscar Pavón, su pareja Maritza López y su hijo Alfredo Pavón López. Además fue asesinada la esposa de Alfredo, Mercedes de los Ángeles Raudez, de 18 años y los hijos de estos: los bebes Mathías y Daryeli.

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Sobrevivientes culparon a turbas policiales y paramilitares orteguistas

“Nosotros nunca hemos simpatizado con ningún partido político, peor sandinista, y quien mató a mi padre, a mi madre, a mi hermano, y a mis sobrinos, fueron las turbas sandinistas y la Policía. Nosotros somos testigos donde ellos le pegaron fuego a la casa, ellos (víctimas) querían salir y ellos (turbas) apuntaban con AK-47 disparando para que no se salieran, hasta esperaron que se quemara la casa para irse”, señaló llorando otro hijo del pastor, Óscar Pavón.

Cinthia López fue otra de las sobrevivientes del asesinato de la familia Pavón por parte de los paramilitares y turbas orteguistas. Ella logró escapar del incendio iniciado más o menos a las 6 la mañana de ese sábado, en el barrio Carlos Marx.

“Me mataron a toda mi familia, fueron los policías y las turbas sandinistas”, declaró llena de ira y con mucho dolor Cinthia López, una de las sobrevivientes.

Javier López es otro de los sobrevivientes, vivía y trabajaba en el negocio de colcones de colchones del Pastor Oscar, que era su tío también.

“Mi tío era bien bueno conmigo, siempre me apoyó”, dijo mientras lloraba tapándose la cara con una camiseta el día del incendio. 

“Yo me levanté porque escuché los disparos. Todos estábamos en el segundo piso. Mi tío había dicho que no iba a abrir a los que estaban disparando. Nos encerramos esperando a que dejaran de atacarnos, pero un humo negro llegó hasta el cuarto y nos comenzamos asfixiar”, relata Javier.

Javier pudo moverse y salir hacia el balcón del segundo piso, fue así como logró salir con vida del atroz crimen perpetrado por los terroristas orteguistas. En ese momento escuchó la voz de dos de sus primas: Cinthia y Maribel y se regresó a ayudarlas. Fue así como lograron sobrevivir.

“Yo no sé cómo, pero con  mis manos quebré la puerta. Me ensarté un montón de vidrios, pero cuando sentí que podía respirar continué. No sé de dónde saqué fuerzas, pero abrí el portón, lo doble y cuando logré salir, sentí cómo el aire llegaba a mis pulmones”

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Las tres personas pudieron salir del segundo piso debido a que ya en ese momento los paramilitares y la guardia genocida orteguista se había marchado del sitio. En ese momento los vecinos lograron socorrer a las 3 personas.

“Yo quería en ese momento tener superpoderes, entrar y rescatar a mi tío, a los niños, pero no pude, no pude, solo a mis dos primas logré sacar”, afirmó Javier, en medio de lágrimas.

Cinthia López fue la primera en acusar directamente al orteguismo del crimen contra su familia:

“Quemaron mi casa, la colchonería y toda mi familia está muerta, los niños, mis hermanos, mi mama. Quemaron mi casa. La quemaron, salí porque me tiré del balcón…. Mis padres, los mataron… pero maldigo a Daniel Ortega y a toda su familia y a toda su descendencia, los maldigo”, expresó Cinthia en un video que se hizo viral.

Los vecinos le expresaron a los medios esa mañana que de no haber sido amenazados por los paramilitares y las turbas policiales probablemente habrían podido salvar a los 6 miembros de la familia Velásquez Pavón.

“Intentamos salir a ayudar a las personas pero la Policía nos decían, así vulgarmente, ‘hijueputas métanse’. Incluso cuando estábamos sacando el último cuerpo, una camioneta de policías pasó por aquí y nos dispararon a todos. Nosotros tuvimos que meternos a la casa para resguardar nuestras vidas”, según uno de los vecinos.

Los vecinos aseguraron que la guardia de Daniel Ortega tenían el Plan de tomarse la casa para disparar desde ahí a los jóvenes que se encontraban en los barrios aledaños defendiendo barricadas como forma de protesta pacífica contra la tiranía orteguista.  Ese día los terroristas de la tiranía asolaron los barrios orientales desde las cinco de la mañana.

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Uno de los fallecidos había subido a su muro de facebook un video en el que la guardia orteguista ataca a balazos a un joven cuando lo persiguen sin piedad en una de las hilux de la muerte.

Ese mismo día los terroristas orteguistas atacaron la Colonia 9 de junio y Miguel Gutiérrez asesinando a un joven a quién dejaron tirado en una de las calles. Los terroristas  perdieron a dos delincuentes cuando atacaban a la ciudadanía, uno de ellos fue quemado por sus mismos compañeros paramilitares y grabado para culpar a los protestantes.

El paramilitar Francisco Aráuz Pineda, trabajador de la Alcaldía de Managua murió cuando participaba de los ataques armados contra el Pueblo autoconvocado en el sector del Mercado Iván Montenegro.

Asesinaron y después atacaron la vela

A los asesinos no les bastó incendiar a la familia Velásquez Pavón casi completa, también llegaron a la vela y realizaron disparos llenando de terror a los asistentes, en medio del dolor y la conmoción causada a nivel nacional e internacional. La vela se realizó en el salón de la iglesia dónde asistían la familia asesinada. Después de que los paramilitares hicieran disparos muchos de los asistentes tuvieron que retirarse a sus casas por temor a ser asesinados en la iglesia.

Y por si todo esto fuera poco, los sobrevivientes del crimen fueron perseguidos, amenazados y calumniados en las redes sociales por los terroristas que sirven a Ortega y Murillo.

Seis meses después la guardia orteguista, al mando de la pareja genocida se inventó una novela mal hecha para continuar culpando al Pueblo de Nicaragua por el abominable crimen. Esta vez, utilizando los métodos de torturas y amenazas de muerte obligaron al joven Javier López, uno de los sobrevivientes y testigos a grabar un video leyendo un guión escrito por ellos, el mismo modus operando seguido con otros jóvenes estudiantes que han sido torturados en El Chipote.

Sin embargo, los organismos internacionales como la CIDH, la ONU y el mismo Gobierno de Estados Unidos documentaron el crimen y declararon que fue cometido por los paramilitares y la guardia orteguista, lo mismo que denunciaron los sobrevivientes, vecinos y testigos de tan horrendo crimen.

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